12 de noviembre de 2011

Instrucciones para dejar de ver los Teletubbies

Si usted cree que los Teletubbies es un programa aburrido y no tiene sentido verlo. ¡Felicidades! Es una persona normal. Si en lugar de ver los Teletubbies prefiere ver South Park o una buena película de ciencia ficción. ¡Felicidades! Está dentro del grupo mayoritario, a quiénes nos gusta ver la violencia en la televisión, pese los efectos negativas que pueden producir en la conducta. 




La sociedad está harta de los ponentes que nos dicen: si los niños ven violencia en la televisión, los niños presentarán conductas agresivas. "Yo cuando era pequeña vi como doña Florinda le metía una buena cachetada a Don Ramón... y no por eso le pego a mi esposo". Cuando mis hijos ven la tele no molestan, prefiero que la sigan viendo. ¿Cómo creen esos científicos que si mis hijos ven tele se volverán criminales? Sólo porque tienen un doctorado creen saber todo. Los niños son niños y pues... es normal las peleas entre ellos y miren las luchas en la televisión. 

Las personas ignoramos de los verdaderos efectos que puede ocasionar un modelo agresivo. Un estudió encontró una relación causal entre ver televisión violenta y los trastornos de sueño en los niños. Los niños que miraban programas violentos no presentaban trastornos durante el sueño, a comparación de los niños que miraban violencia en la televisión, sobre todo en horario nocturno (Academia Estadounidense de Pediatría).

Como todos sabemos. "Con moderación nada es malo". La televisión no es mala. El objetivo fundamental de la tele es ser un medio de comunicación de gran fuerza socializadora (Olga Bustos, 2001). Como dice Confucio: "Yo sé por qué no se sigue el justo medio: el hombre inteligente va más allá, el imbécil se queda más acá". No hay que ser extremistas y prohibir la tele, pero tampoco debemos permitir el abuso de la violencia para el entretenimiento infantil. 

Cuando un niño se vuelve adicto a la televisión es más fácil que su conducta sea modificada por lo que ve, al igual que sus emociones y puede llegar a presentar trastornos. Un niño es adicto a la TV cuando:
  • Les cuesta trabajo apagar la tele. 
  • Cuando dicen qué solo verán un programa y se quedan horas viendo la TV. 
  • Prefieren ver la tele a hacer otra actividad, incluso jugar. 
  • Cuando sienten necesidad de encender la televisión. (Olga Bustos, 2001

¿Y qué debo hacer para que mi hijo no sea dependiente de la tele? Algunas recomendaciones para evitar la dependencia de la tele son:
  • Los padres deben conocer lo que sus hijos ven. 
  • Evitar que los niños vean los programas que consideren violentos. 
  • Establecer límite de tiempo para ver tele. 
  • Dedicar tiempo de caridad con los hijos, aunque sea ver la televisión (sin contenido violento y si lo trae resaltar ante los hijos que la violencia no es una solución adecuada) (Carmen Pérez, 1998). 


La televisión existe, al igual que la violencia transmitida en ella. Es muy probable que la violencia persista en la televisión durante los años futuros. Los niños siempre serán como una esponja, se encargan de absorber las conductas que le interesan de sus modelos a seguir. Los padres simplemente deben de ser un modelo positivo para sus hijos y seguir las recomendaciones mencionadas, para que los niños no presenten agresión durante esa etapa y etapas posteriores de su vida.


9 de noviembre de 2011

La nueva escuela de los niños

La TV es considerado como el medio de comunicación de mayor fuerza socializadora. La televisión, hoy en día, es incluso más importante que la escuela. Los niños dedican (en promedio) dos mil horas frente al televisor anualmente. Mientras que asisten a la escuela 700 horas al año (Olga Bustos, 2011).

Los niños aprenden más de la televisión que de la escuela. Los niños de hoy en día prefieren la televisión porque la escuela no satisface sus necesidades de aprendizaje. La escuela ofrece un nivel muy bajo para la educación de los niños. Los padres, como buenos padres, deben de permitir a sus hijos la visualización de los programas en la TV, sobre todo los programas que les aportan algo útil en la vida y no programas educativos, ya que eso lo pueden aprender en la "escuelucha". 

Los niños de manera inteligente, comenzarán a copiar la conducta de sus personajes favoritos de la televisión. Los padres orgullosos de esto, cumplirán sus "caprichitos" de comprarle el traje de su Power Ranger favorito o los puños del increible Hulk. Pero es algo completamente normal, ya que los niños cuando juegan muestran conductas previamente aprendidas de algún modelo. Esta conducta aprendida de un modelo (la televisión) comenzará poco a poco a formar parte de su conducta característica del niño. (Julia Corzo, 2007)



Al ser muy poco tiempo de escuela, a los niños les preocupa tener tiempo libre y deciden gastar ese tiempo de manera provechosa. Es decir, sintonizado la televisión en el tiempo libre. Los fines de semana son los días en que los niños ven más televisión, ya que no tienen escuela. A diferencia de días de escuela, la programación de los fines de semana se torna más beneficiosa, es decir, violenta (Carmen García, 2000).

El estudio que realizó Carmen García nos afirma que los niños que ven más televisión  y violencia en ella, son los más cool. En otras palabras estos niños leen menos libros o no leen, no dedican tiempo a los deberes de la escuela, ya que prefieren continuar desperdiciando tiempo en ver televisión. 

La televisión también ha mostrado que la violencia es una solución a los problemas. En ocasiones, es la mejor solución. Esto no tiene nada de malo, incluso es bueno o al menos eso piensan los niños. El usar la violencia para la solución de problemas nos convierte en héroes (Huertas, 1998).

La televisión sigue siendo parte fundamental en los niños, así como la imitación es fundamental en la infancia. Sin embargo, la televisión no es necesario, nosotros la hemos vuelto una parte cotidiana en la vida de los niños. Los estudios hablan por sí mismos, la violencia en TV si tiene una relación con la agresión en los niños. Pero no importa, seguiremos pensando que no afecta. Aunque se hagan más estudios que demuestren lo malo de la televisión. Diremos que no pasa nada.

4 de noviembre de 2011

¿Cómo se vuelven agresivas las personas?

Para conseguir la respuesta a la pregunta, debemos pensar qué sucedió durante la niñez de la persona. La imitación es una de las características de mayor importancia en la niñez. Los niños imitan patrones agresivos de su modelo a seguir: los padres, su ídolo, personajes favoritos de la televisión.

En 1962, el psicólogo  Albert Bandura realizó probablemente el experimento más importante  sobre la agresividad de los niños. El experimento del muñeco bobo. 

¿En qué consistió el experimento? Bandura escogió como objeto de estudio a 36 niños y 36 niñas. Se dividieron en tres grupos: los del escenario agresivo, escenario no agresivo y el grupo control. Cada grupo estaba compuesto por 12 niños y 12 niñas. 

Cada niño (individualmente) del grupo con escenario agresivo observó a un adulto en un cuarto de juego. En cada cuarto de juego había diversos juguetes, un mazo y un muñeco inflable (Bobo doll). El adulto agresivo comenzaba a golpear al muñeco Bobo, le pegaba con el mazo e insultaba verbalmente al muñeco. Después que el niño observó el comportamiento del modelo, se le permitió jugar con cualquiera de los juguetes de esa sala. ¿Qué creen que pasó? La mayoría de los niños jugaban con el muñeco Bobo, lo golpeaban, le pegaban con el mazo, le gritaban y algunos hasta demostraron nuevas conductas de agresión con el mazo.  



A diferencia del grupo con escenario no agresivo. Los niños observaron a un adulto jugando con los juguetes pequeños de forma no agresiva, ignorando completamente al muñeco Bobo y el mazo. Cuando a los niños se les permitió jugar en la sala de juegos, la mayoría ignoró al muñeco Bobo y jugo pacíficamente con los juguetes. Imitando al modelo previamente visto. El grupo control (no tenía modelo a observar) se le permitió jugar en la sala y su reacción fue muy similar a la del grupo con escenario no agresivo.

Gracias a este experimento, Bandura obtuvo cuatro teorías:
  1. Los niños que observaron conducta agresiva iban a imitarla.
  2. Los niños que tuvieron un modelo no agresivo, iban a ser menos agresivos incluso que el los niños sin modelo (grupo control).
  3. Los niños imitan en mayor proporción la conducta del modelo, si éste es del mismo sexo.
  4. Los varones tienden a mostrar, en mayor cantidad, la conducta agresiva. A comparación de la niñas.
El experimento de Bandura nos afirma que cuando un niño tiene un modelo a seguir, éste puede modificar su conducta. Los padres no son los únicos modelos a seguir. La televisión nos ofrece una serie de modelos en sus programas (Carmen Pérez, 1997). 

Los niños al observar esos modelos en la televisión pueden cambiar su conducta, promover nuevas actitudes y despertar nuevas emociones. Bandura nos habla sobre los niños y la imitación de un modelo agresivo y no agresivo. La televisión contiene modelos agresivos y no agresivos, aunque agresivos en mayor proporción (Fabiola Maya, 2007).


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